Se determinan áreas grises cuando si bien una acción se encuentra dentro del marco legal, no se puede determinar si es ética.
A continuación se describirán dos áreas grises respecto a la falta de transparencia en los Estados Financieros.
1) Si bien la ley te dice que debes presentar Estados Financieros periódicos con el fin de informar acerca de la situación de la empresa, la ley no estipula que la información deba ser veraz y objetiva. En ambos casos, tanto en Enron Corporation con en Parmalat, los estado financieros eran presentados a puntualidad y cumpliendo todo lo estipulado a la ley en cuanto a periodicidad y cantidad de información se refería. Sin embargo, también en ambos casos, la información no era veraz. Ambas compañías modificaron ciertas cantidades con el fin de crear una ilusión tanto a los accionistas, acreedores como a los potenciales inversores. Si bien no se puede juzgar la intención de los directivos para inflar sus utilidades, lo que si podemos atribuir a las acciones resultantes es que al mentir se violó la confianza de miles de personas, desde los miles de trabajadores hasta los asociados a los grupos de interés de la compañía. La zona gris es claramente identificable en la medida que como parte de la moral de las personas mentir no es una acción considerada ética y por lo tanto no es una conducta que se debería repetir. No obstante la ley en el caso particular de los Estados Financieros no regulaba no contemplaba en su marco esta clase de conducta.
2) En segundo lugar, ambas empresas, Enron y Parmalat, estaban seguros que no podrían pagar a sus proveedores y sin embargo siguieron endeudándose. Es decir, estas empresas si bien presentaron Estados Financieros con utilidades sobresalientes, en la realidad, solo poseían deudas y pese a ello siguieron adquiriendo créditos y deudas a sus grupos de interés.
En el caso de Enron, los directivos conocían el estado de la empresa y además sabían que no faltaba mucho para que la verdad salga a relucir. Además eran consientes de que cuando eso ocurriese las acciones que ellos poseían y que se encontraban sobre valuadas simplemente se desplomarían. Es por ello que antes de perjudicarse prefirieron impulsar a los trabajadores a comprar estas acciones con la promesa de una gran rentabilidad.
En el caso de Parmalat el mismo panorama se podía visualizar cuando la empresa siendo consciente de su falta de liquidez siguió adquiriendo insumos para la fabricación de sus productos así como también siguió ofertando bonos a razón de una supuesta cuenta millonaria que ellos sabían no existía.
En ambos casos se puede reconocer el área gris en tanto que se encuentra dentro de la ley comprar como vender productos y servicios. Dentro de ellos intangibles financieros como bonos y acciones. También la ley permite y regula el pago de los mismos a crédito bajo una promesa de pago respaldada en la capacidad de endeudamiento que cada empresa posee.
Sin embargo la ley no contempla como actuar cuando se sabe que la empresa no está en capacidad de asumir sus compromisos. Tampoco prohíbe a una empresa que sabe no podrá pagar a sus inversionistas y acreedores seguir endeudándose con el fin de conseguir algún tipo de beneficio personal para los directivos de dicha empresa. Es ahí donde entra a tallar la ética en las decisiones de las empresas puesto que si bien Enron y Parmalat consiguieron beneficiarse de sus acciones, tuvieron que pasar por encina de todas las personas que confiaron en ellas. Lo cual no es ético en absoluto, siendo permitido por ley.
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